CALIGRAFÍA. Es una escritura que originalmente era empleaba para escritos breves de la cancillería Pontificia, de la cancillería de los Sforza-Visconti y también utilizada en libros lujosos.
De formas apenas inclinadas, su elegancia y legibilidad influenció la caligrafía de su época.
Según el calígrafo Claude Mediavilla (1996) podemos distinguir tres versiones de letra cancilleresca:
Cursiva: Caracterizada por tener una proporción estrecha y por poseer trazos ascendentes y descendentes que sobresalen de un cuerpo o más y que terminan con un trazo curvo específico que se denomina cayado. Es una escritura ligada y la «g» posee una forma muy particular.
Formata: Construida sobre un módulo cercano al cuadrado, es limpia y redonda, de trazos casi rectos y cuyas letras no están ligadas entre sí. Sus trazos finales son como remates y sus ascendentes y descendentes son levemente más cortos que la cursiva.
Bastarda: Es un término medio entre la cursiva y formata, conservando la proporción de la cursiva y los ascendentes y descendentes de la formata.
Imagen: Comparativa entre la Cursiva, Formata y Bastarda.
